Mi relación con la fisioterapia empezó casi por casualidad. Estaba cursando un ciclo formativo de grado superior en actividad física y animación, con el objetivo de encaminar mi carrera profesional hacia el INEFC. El caso era que a menudo terminaba lesionado y, sumado a que hicimos una clase de masaje deportivo que me emocionó, decidí cambiar mis expectativas de futuro encaminándome hacia la fisioterapia. En 2002, empecé la carrera en la UVic, encontrando sentido a mi relación con el deporte. Seguí practicando fútbol, escalada, BTT, tenis, pero desde una vertiente más recreativa, a la vez que ampliaba mis conocimientos sobre la persona para evolucionar terapéuticamente.
Equilibra’t me ha permitido, con su confianza, crecer como terapeuta con total libertad. Muchas gracias por la oportunidad; os esperamos.
En la diplomatura de fisioterapia, añadí diferentes cursos de masaje, vendajes, punción seca, humor terapéutico, nutrición, etcétera.
En 2008 empecé a trabajar en un centro de mutuas que me dio la oportunidad de adquirir mucha experiencia en diferentes patologías traumáticas y ortopédicas del aparato locomotor. Poco a poco, empecé a realizar sesiones privadas de masoterapia y fisioterapia hasta que, un buen día, me di cuenta de que el porcentaje de éxito de los tratamientos no era el esperado según mis expectativas. Fue entonces cuando, llenándome de coraje, con treinta y dos años y la primera hija en camino, me inscribí en la escuela de osteopatía de Barcelona para cursar el máster en medicina osteopática de la Universidad Pompeu Fabra (2012) . Hasta 2017, alterné el tratamiento combinado de electroterapia y terapia manual con visitas privadas, donde podía aplicar los conocimientos que alcanzaba en osteopatía.
El resultado fue que las expectativas de éxito que tenía desde el principio se iban aproximando a la realidad, hasta que en 2018 emprendí la aventura en solitario para tratar de la manera que mi corazón me pedía. Así, el centro Equilibra’t contó con mis servicios desde un primer momento. Aquí empecé a buscar la raíz del problema que, a menudo, se encuentra lejos del foco del dolor, aplicando técnicas estructurales, craneo-sacrales, viscerales y funcionales. Con éstas, conseguimos que la estructura fluya con normalidad. Se intenta escoger la vertiente osteopática más adecuada para cada tipología de persona, patología o disfunción para que el resultado sea el más satisfactorio.