La osteopatía es una terapia manual complementaria a la medicina convencional que trata las disfunciones de movilidad de los tejidos del cuerpo humano, que provocan trastornos y alteran el estado de salud del organismo.
Su creador fue el Doctor y Cirujano AT Still a finales del siglo XIX. A partir de la observación y mejora de sus pacientes, siguió sus principios: consideraba la fascia un elemento muy importante del cuerpo, ya que envuelve o sostiene distintos elementos del cuerpo (huesos, articulaciones, vísceras, glándulas, vasos, nervios. ..) y, si no se mueve correctamente, puede restringir la movilidad de sus fluidos (sangre, linfa, líquido cefalorraquídeo…) que es el lugar de intercambio que permite a las células recibir las sustancias que necesitan para vivir y realizar sus funciones.
El osteópata propone reequilibrar el esqueleto, los músculos, los ligamentos… para que todos los fluidos circulen correctamente. Le da importancia a la columna vertebral, que contiene el sistema nervioso autónomo. Still habla de estructura refiriéndose a la parte ósea y de función pensando en los distintos órganos que aseguran las funciones vitales.
Se considera al cuerpo humano como una unidad global en la que la estructura (sistema músculo-esquelético, órganos y vísceras) y la función del organismo están íntimamente relacionadas y dependen una de la otra.
Por eso, la osteopatía tiene tres grandes áreas a trabajar que son la osteopatía estructural, craneal y visceral.